GORDA, SI, ¿Y QUE?

En la última entrada, dedicada a la hipotética muerte mediática de Belén, comentamos de pasada su aumento de peso. Por varias razones nos parecía más importante comentar el otro tema, y con la publicación días después de otros reportajes sobre ella nada menos que en cuatro revistas más, queda demostrado que esa “evidente” muerte mediática no tenía ni pies ni cabeza. Incluso estando retirada de la TV, Belén sigue generando interés, y por tanto, sigue siendo noticia de portada en los medios y tema de conversación en las redes sociales.

LA "MEDIATICAMENTE MUERTA"

Esta vez el tema es, como decía, los kilos que ha cogido durante estos últimos meses.

Por un lado, quienes la queremos, y la gente que tiene dos dedos de frente y un poquito de corazón, nos alegramos de verla así, porque sabemos lo que hay detrás de ese aumento de peso.

Por el otro, los que no la soportan pero no se pierden ni media, encuentran un extraño placer en seguir cada detalle de la vida de Belén para así poder criticarla de esa manera enfermiza. Los mismos que, siempre escondidos detrás de un ordenador, criticaban su aspecto demacrado causado por X enfermedades, ahora se burlan de las redondeces que Belén luce sin ningún complejo.

Esos mismos son los que se han pasado años burlándose de una menor, llamándola obesa y otros calificativos que no voy a reproducir, y que ahora, al ver que la niña ha pegado el estirón, se mueren de rabia al no poder seguir culpando a Belén de la obesidad de su hija. Y como ya no pueden decir que la niña está gorda, se centran ahora en cierto defecto congénito que padece esta menor. Ese defectillo se solucionará cuando la menor complete su crecimiento, la bilis que acumula esa gentuza en sus entrañas no tiene solución.

Del mismo modo, Belén podrá perder esos kilos, o tal vez no, pero ella los lucirá sin complejos mientras ellos seguirán desahogando tristemente sus frustraciones desde su ratonera.

Puede ser que a su vuelta a la TV, con todo lo que eso implica, Belén pierda ese sobrepeso tan rápido como lo ha ganado. Puede ser que no, y que la enorme ansiedad que produce su trabajo la haga comer de forma compulsiva y no haya ya vuelta atrás. (En relación con esto, en la próxima entrada hablaré sobre unas frases de Paolo Vasile muy esclarecedoras.)

No podemos saber que sucederá a su vuelta, qué trato darán a Belén. Mis previsiones son bastante negativas pero no quiero adelantarme a los acontecimientos, así que no elucubraré sobre eso.

Si a su vuelta Belén pierde sus kilos de forma tan rápida como los ha cogido, será una mala señal. Tal vez le propongan el reto que cumplió Carmen Bazán, y eso no estaría mal, pues los perdería bajo el control de algún especialista, y sería una forma más inofensiva de seguir dando juego en el programa que volver a meter la uña en su vida personal.

Si no los pierde y la Belén delgada pasa a la historia, ¿cuál es el problema? 
Esto es lo que argumentaba cuando me molestaba en responder a esos enfermos que criticaban a la niña por estar gordita. La niña tenía aun que dar el estirón, pero si no era así y finalmente era una chica gorda, ¿cuál sería el problema? Si la gordura no llega a ser obesidad no tiene por qué ser un problema, pero con esos comentarios asquerosos estaban sembrando una posible anorexia y eso sí sería un problema. Todo lo que viene de esos belenófobos es tan repugnante…

El caso de Belén es diferente, no es una adolescente a la que puedan afectar esos comentarios, ni tampoco se trata del tópico de la gordita feliz, en este caso su gordura sí implicaría la felicidad de haber dejado atrás algo que era infinitamente peor que unos kilos de más.

Y, sin duda, eso es lo que hace que luzca esos kilos con orgullo.

... en bikini, hasta para ir al super!
¡Esa es nuestra Belén! XD