EL PRINCIPIO DEL FIN DE SALVAME

Hace unas semanas comentaba con un amigo del blog que Sálvame (sin Belén) había entrado en un callejón sin salida: no pueden hablar de los famosos porque les demandan, así que basan el programa en despellejar a los colaboradores, pero enseguida se les desquician, como les ha pasado recientemente a Lydia al descubrir que ya nadie la considera periodista sino personaje, o a Kiko Matamoros al saber que su hermano Coto iba a destapar ese oscuro episodio de la denuncia de Makoke.

Y de pronto, tras semanas cayendo en las audiencias, sin llegar ni al 16% de media, vuelven a subir a más del 17 gracias la aparición de la vedette Raquel Moragues, presentada como la nueva novia de Amador Mohedano.

La elitista revista Hola, que por su cacareada “línea editorial” ha ignorado siempre a Belén Esteban, ha sido la primera que ha dado cabida a esta señorita Kelly Mor. Si Hola lo hace, ¿por qué no va a hacerlo Sálvame? Y más aun si viene de la mano de Amador, aun marido de una colaboradora del programa.

No tengo nada en contra de Raquel, es más, en la entrevista que le hicieron este viernes en el DeLuxe demostró ser capaz de torear con éxito a los experimentados colaboradores del programa, y de sacar la parte más zafia de todos ellos: unos mas escandalizados que otros, a todos se les caía la baba hablando del semen de Amador.

No vimos tanto revuelo, (bueno, es que ni se comentó en el programa por su condición de intocable), cuando JJ fue fotografiado con el pantalón lleno de manchas de él sabrá qué.

Esas fotos que sacaron del pasado de Kelly Mor con un personaje tan siniestro como la Momia, no son muy distintas de las que hay del pasado de Mila junto al mucho más siniestro Rodríguez Menéndez.

Tampoco deben ser muy distintas las manualidades que hizo Raquel a Amador, de las que como todos sabemos Lydia hizo a Matamoros, o las que hacía Terelu a Pipi Estrada en una discoteca, y a Raquel se la llama pilingui (definiéndolo como maestra en el arte de tocar la pilila) pero a Lydia y Terelu no.

APESTA la hipocresía de este programa. Algo parecido es lo que están haciendo con Olvido Hormigos, pero no entraré en ese tema ahora.

Os preguntaréis por qué, si defiendo a Kelly Mor, considero que esto puede ser el fin de Sálvame. Pues principalmente por la pandilla de frikis, que ya creíamos muertos televisivamente hablando, que ella puede arrastrar consigo al programa.

A Raquel Moragues, o Kelly Mor, la mayoría ni la teníamos identificada, pero detrás de ella está ese extraño personaje, la Momia, relacionado con el igualmente extraño Arlequín, con Tamara, Leonardo Dantés, Loli Álvarez, Tony Genil, etc., toda esa pandilla que durante mucho tiempo fue el plato fuerte del exitoso Crónicas Marcianas. (Es curioso que justo unos días después de cuestionar Mila y Kiko el funcionamiento de este programa, recurran a estos personajes marca de la casa de Crónicas.)

En otras ocasiones, los directores de Sálvame han sabido abstenerse de explotar un filón por ser peligroso: Coto Matamoros y Pipi y Miriam dieron dos de los mejores resultados en sus respectivos DeLuxe, pero ha habido miedito y no los han vuelto a llamar. Esta pandilla de frikis son mas inofensivos y están dispuestos a lo que sea con tal de salir en pantalla, por tanto puede parecer una salida a ese callejón.

Sin embargo, creo que si por unas décimas de audiencia permiten que este tipo de famosillos invadan el programa, acabarán con él. Y no por su condición de frikazos, que como ya he comentado, no son peores que los colaboradores de Sálvame, sino porque con la aparición de estos actores, con sus peleas ficticias, el teatrillo de Sálvame ya sería claramente un TEATRO con mayúsculas, y perdería el encanto que tenía hasta ahora el no saber hasta que punto sus peleas y sus historias eran verdaderas o no. Historias como lo de Rosa y Amador, Charly y Lydia, Matamoros y Makoke, Sandoval y Nacho Polo, y por supuesto, las de Belén y Fran, tenían el atractivo de que podían ser reales, y de hecho si Belén es la que sigue teniendo mas interés para el público es porque es la única que lo que vende es su realidad.

Pero si entran en escena todos estos, repito, actores, Sálvame tiene los días contados y esto no lo salva ni Belén.