SÁLVAME, VENDEDORES DE HUMO

No es ninguna novedad, Sálvame nunca se ha distinguido por su credibilidad, pero esto ya pasa de castaño a oscuro.

Es cierto, Sálvame no es un informativo, es un programa de entretenimiento, y la verdad es que eso lo cumplen bastante bien, prueba de ello es su exitosa permanencia en pantalla desde hace más de cinco años.

Hace mucho que ya sabemos que sus cebos son solo cebos huecos, sabemos que cuando anuncian un bombazo suele ser un petardo mojado, y que esa forma de jugar con la intriga para despertar interés y asegurarse una audiencia importante es ya marca de la casa.

Sabemos todo eso, y lo aceptamos como parte del programa. A cambio, nos ofrecen entretenimiento y un programa diferente a los demás, aunque la verdad es que todo cansa y sé de mucha gente que ya solo lo seguimos porque sale Belén.

Y también les reconocemos el mérito de llenar de contenidos esa cantidad de horas cada semana desde hace tanto tiempo. No es raro que el programa huela ya un poco a quemado.

Sin embargo todos estos paliativos no son suficiente para justificar que pasen de ese juego más o menos gracioso con la audiencia a directamente tomarnos el pelo.

La no-entrevista con Carmen Gahona, actual mujer de Chiquetete, después de venderlo poco menos que como la entrevista del siglo, fue una burla a la audiencia y un paso más en el camino al fin de Sálvame.

Tras despertar nuestra curiosidad con este vídeo, en el momento en que María Patiño suele anunciar el invitado, al día siguiente nos ofrecían la pista de 8 posibles nombres.

Entre ellos, y sabiendo lo vendehumos que es el programa, muchos pensamos que sería Sema, el amigo y porta-maletas de Chabelita, pero enseguida su nombre fue descartado, y entre los que quedaban, las apuestas eran que la invitada sería Carmen Gahona.

Y en efecto, era ella, pero ¿se puede llamar a eso ser “invitada”?

El chasco de saber que no era ninguno de los otros interesantes posibles nombres no fue nada comparado con la estupefacción al ver que la “entrevista” iba a ser una conversación telefónica. Y cuando aun no habíamos acabado de digerir que era una entrevista telefónica, ya se había terminado.

Me importa muy poco el tema de esta señora y de la Bollo, si dijo o no barbaridades sobre el tema de los malos tratos, o si esto fue solo el preludio a una entrevista de verdad, de cuerpo presente. Eso es lo de menos. Lo penoso es que han dado un paso muy peligroso para el programa, han pasado de no hacer ni puñetera gracia con sus cebos falsos, a faltar el respeto a la audiencia.

Si no recuerdo mal, algo parecido pasó con la entrevista a Rodríguez Menéndez. Tras días anunciando ese enfrentamiento del polémico abogado, principalmente con Mila, a la hora de la verdad resultó que era una entrevista vía satélite, y no hubo tal enfrentamiento cara a cara. Aquello fue también una trampa a la audiencia pero al menos hubo entrevista, en cambio con esto de la entrevista telefónica se han cubierto de mierda.

¿Qué será lo próximo? ¿Entrevistar a Encarna Sánchez mediante la ouija?