Desde que escribo aquí quería hacer una serie
de entradas llamada Temas recurrentes, para exponer, de una vez y por todas, mi opinión sobre asuntos discutidos una y mil
veces, y en futuras discusiones remitir a esas entradas en vez de perder
tiempo respondiendo con los mismos argumentos a las mismas chorradas.
Estos temas serían: si Belén comercia con su hija, si
es famosa por tocar la chorra a un torero, si ha de ser considerada modelo de
algo, por ejemplo madre coraje, si su historia está guionizada, el
tema de Hacienda y los famosos (no solo Belén), y este, que sería
el tema estrella: su aspecto demacrado, su nariz, y la relación de esto con el
consumo de drogas y con su diabetes.
Como ya anuncié, y en vista de que desde el viernes
l@s belenadict@s belenófob@s andan desatad@s y no han parado de soltar mierda en
sus especulaciones, vamos a ello.
En primer lugar, veo que algunos belenistas se
resisten a admitir lo que, a mi modo de ver, Belén asumió claramente: no
podemos decir que como no se especificó la adicción puede ser adicción a
cualquier cosa, léase juego, sexo, o Fran. El hecho de presentar unos análisis
que corroboren la superación (momentánea) de la adicción restringe bastante las
posibilidades. Y por si quedó poco claro, las palabras de la Bollo o de Rosa, que
Belén no corrigió, no dejan lugar a dudas.
Para mí también ha sido una sorpresa. Para
emitir mis opiniones suelo basarme en datos, no en suposiciones, y los datos que
teníamos eran el reconocimiento de Belén de haber consumido drogas en una época, y haberlo dejado porque “si hubiera seguido diez años así estaría muerta”.
Teníamos también el dato de que ese deterioro físico que sufrió no había ido a más,
y para mí, esto era determinante. Si hubiera seguido así diez años como dijo,
no sé si hubiera muerto, pero desde luego su aspecto habría ido a mucho peor, a
pesar de las operaciones.
Así que, ciñéndome a esos datos, la teoría que he estado exponiendo por aquí
y por allá, era que ese
consumo en una época, SUMADO a su diabetes, era lo que le había producido
esos daños físicos, porque el consumo de alcohol o "sustancias" tiene consecuencias más devastadoras en un diabético que en una persona sana. Ese
deterioro que empezó a ser evidente tras su relación con Dani dj, no es
consecuencia ni de la diabetes ni del consumo durante unos años, sino de la
suma de ambas cosas.
Si tras su operación no había empeorado, mi deducción,
apoyada en sus palabras, era que debía haberlo dejado. Tal vez,
pensé, haber visto su propio deterioro había sido el susto necesario para
decidir salir de ello, y expresaba mi total admiración por alguien que
consigue dejar las drogas.
Infinitas veces me han replicado “pues mi
prima/cuñada/amiga/abuela tienen diabetes y están estupendas”. Es por
eso que he puesto la palabra sumado en
mayúsculas. Obviamente, yo les replicaba si esas parientes diabéticas habían sido
además adictas, y es que no hay nada peor que la gente que no quiere entender lo que
lee.
También infinitas veces he tenido que recordar a mis
interlocutores que las adicciones no son vicios sino enfermedades, y no lo digo
yo sino la OMS.
Estas discusiones recurrentes me han llevado hasta
encontrar algo tan concluyente como esto, de lo que solo pondré un link pero hay
abundante material en la red:
La
adicción a la cocaína se lleva en los genes
Por tanto, todos esos moralistas que señalan despectivamente
los vicios de los demás, pueden ver que caer o no en una
adicción no es cuestión de ser vicioso, sino de una predisposición genética, lo
que viene a confirmar aun más el hecho de que hablamos de enfermedades, no de
vicios.
Y después de todas estas y otras argumentaciones,
siempre siempre siempre zanjaba la discusión con el mismo argumento:
utilizar
una enfermedad como arma arrojadiza es muy vil.
|
DEL INFIERNO AL CIELO
¡Cómo jode a l@s belenófob@s que esa foto que ponían en
cada uno de mis mensajes ya solo sea la sombra de un doloroso pasado!
|
Con la confesión de Belén, ¿qué cambia? Nada de lo
esencial.
Si, ahora esas personas obsesionadas con Belén se
ven aun más autorizadas a decir “ya lo decíamos nosotras, es una yonki, una
viciosa”, “esta acabará como Carmina ya lo veréis”, “pobre niña, con razón el
padre se la quería quitar”, y otros comentarios similares que retratan bastante
bien la catadura moral de quienes se creen superiores por no haber caído en un
problema como las drogas.
En lugar de dar importancia a esta muy importante
decisión de dejarlo, se está produciendo un verdadero linchamiento por haber sido
adicta; en lugar de muestras de comprensión y apoyo veo comentarios como esos acompañados de iconos de risas; en lugar de ver que como dijeron Kiko
o la Bollo, “ahora ya nadie podrá decirte a
ti te pasa esto”, veo a gente que se siente feliz diciendo que tenían razón
cuando la llamaban yonki.
Como he dicho, nada cambia en lo esencial:
Belén admitió un consumo en el pasado, hoy admite
que o no lo dejó o recayó y que está decidida a dejarlo. Sea pasado reciente o
remoto, lo importante es la decisión de solucionarlo. Si ha recaído o si vuelve a
recaer seguirá teniendo toda mi comprensión; si fuera fácil dejarlo no sería una droga.
Y la gentuza sigue y seguirá siendo gentuza, y como muestra, este
comentario recién escrito en la última entrada:
tranquilas
que el ultimo belenazo y el mas sonado sera cuando la palme como Carmina
Ordoñez,ese dia si que habra record de audiencia y sera mas celebrado que la
muerte de Franco o sea que la Princesa del pueblo era la Yonkarra del pueblo
jajaja
Me parece perfecto que haya gente que critique a Belén, y quiero
creer que la mayoría de ellos no suscribirán un mensaje como ese, pero por desgracia este tipo de mensajes es demasiado habitual entre l@s belenófob@s, que llevan su fobia a extremos enfermizos. Les deseo a estas "personas" que nunca tengan la desgracia de que una prima/cuñada/amiga/abuela tenga ese
gen, aunque tal vez lo necesiten para comprender que no se puede hacer cachondeo
con un tema tan serio.
Por último, no profundizaré en el tema pero sí señalaré
que la peor droga es el alcohol, peor por estar tan al alcance de la
mano; por cuestión cultural es una droga más asumida, pero no es más inofensivo
que la coca. ¿Cuántos de estos que tan jocoso encuentran el asunto se ponen
hasta el mismísimo culo de cubatas y no pasa nada? ¡Hipócritas!
Siento haber centrado la entrada casi más en esta
gentuza que en la protagonista del blog, pero lo que estoy leyendo estos días
me parece asqueroso. Y luego la mala es Belén…