TWITTER, BELEN ESTEBAN Y LA SOCIEDAD ESPAÑOLA

De vez en cuando surge en twitter, entre los cientos de mensajes (tweets) que critican a Belén, uno que, con esa “originalidad” que les caracteriza, una horda de belenófobos retwitean compulsivamente como borregos.

El tweet más frecuente de este tipo, repetido hasta la saciedad, es el chistecito de las 4 “rallitas” de la batería del móvil. Rallitas con ll, como debe ser en gente que continuamente critica a Belén por su analfabetismo.

A Belén Esteban le va a durar la nariz lo que a mí la batería del móvil: 4 rallitas.

Otros, con mayor o menor éxito y mayor o menor gracia, serían:

Si Belén es la princesa del pueblo debemos estar en Mordor. 

Belén Esteban es tonta, Andreita lo sabe, y el pollo lo sospecha.

Otros tienen más miga y dan que pensar:

Meterse con Belen Esteban, no es meterse solo con Belen Esteban, es meterse con una cadena. 

Es que os creéis que porque son famosos tenemos el derecho a machacarlos cada vez que nos de la gana. Ellos son cantantes, no Belén Esteban.

También tenemos los cientos de tweets que se generan tras cada emisión del anuncio de yobingo, muchos de ellos cuestionando la acertadísima elección de la empresa al contratar a Belén para publicitar su desconocidísima web: ¿quién conocía yobingo antes de esa campaña?

Y finalmente, el que nos ocupa en esta ocasión. Este es más serio, y aunque este no estaba entre los temas recurrentes que mencioné en mi entrada anterior, entra con todo derecho en esa categoría, y es actualmente el que más me encuentro. El tweet en cuestión dice así:

Que Belén Esteban tenga trabajo, Rafa Mora sea famoso, Rajoy sea presidente y Gandía Shore lo más visto en TV, explica cómo va este país.

Como decía, este es más serio porque no se limita a hacer un chistecito o burla fácil, sino que implica culpar a Belén, Rafa o los protagonistas de G. Shore de cosas que tienen unos claros responsables. Culpar a Belén de la penosa situación del país implica no culpar a los verdaderos responsables.

Me pregunto si los twiteros que publican este mensaje lo hacen solo como una gracia o realmente piensan que esa frase encierra una verdad.

Es cierto que la sociedad española actual tiene graves carencias, en todas sus dimensiones, la económica, la cultural, y la política.

Es cierto que hay situaciones muy duras en cada vez más casas, y que para un parado o un mileurista puede ser indignante que Belén cobre esas cifras astronómicas por el trabajo que realiza. Pero no hay que olvidar que Belén cobra eso porque produce a su empresa ganancias mil veces superiores a su sueldo.

Es cierto que el nivel cultural de la población no parece precisamente estar subiendo y la telebasura no es el mejor remedio para esto. Pero no hay que olvidar que todos tenemos un mando en casa y que esta decisión nuestra de sintonizar T5 es la que lleva a la situación comentada en el párrafo anterior.

Pero es igual de cierto, y esto no admite ningún pero, que ni nuestra maltrecha economía ni nuestra hambruna cultural son responsabilidad de esos famosillos, cuya actividad tiene nula repercusión en nuestra realidad. La responsabilidad de estas situaciones está exclusivamente en los políticos, y no tanto ya los españoles, que también, sino en la alta política internacional, que es la que realmente decide lo que nos pasa.

Y claro, es cierto que, a nivel nacional al menos, tenemos los políticos que elegimos, pero, ¿es culpa de Belén, Rafa o G. Shore que seamos tan necios de elegir tan rematadamente mal?

Dejemos ya de buscar culpas en quien no las tiene y señalemos a quienes realmente nos han llevado a esta situación. Y no solo señalar: señalar y actuar en consecuencia.

Belén, Rafa y G. Shore son simples evasiones “necesarias” para olvidarnos un poco de la triste realidad que nos rodea. ¿Podríamos buscar mejores evasiones, o mejor aun, no evadirnos sino enfrentar los problemas? Pues claro, pero en último caso seríamos nosotros los únicos responsables de no hacerlo, no estos personajes.

Por tanto, al señalarles a ellos como responsables de lo que no son, estamos dis-culpando a los políticos y a nosotros mismos. Es más agradable y más cómodo buscar un chivo expiatorio que entonar un mea culpa.

Ilustración: Tortucán